Bishop Michael Sis of San Angelo, Texas, offered these words after hearing about the shootings affecting Odessa and Midland, Texas.
Sent by Brian Bodiford/Conexion San Angelo; Newsroom
San Angelo, Texas – “It is with a heart full of sorrow that I write these words after hearing of the deaths and injuries caused by the shootings affecting Odessa and Midland. My prayers are for those who have lost their lives, who have been seriously injured, and for their families. My prayers are also for the great people of those communities directly impacted by this senseless act of violence, especially the courageous first responders and the local medical teams. The Lord is close to the brokenhearted, he saves those whose spirit is crushed (Ps 34:18). Our local churches are committed to helping our community to heal from this senseless tragedy. There are no easy answers as to how to end this epidemic of gun violence in our state and our country. I ask the Lord to enlighten all of our hearts and minds, especially our government leaders, so that we can have the insight and the courage to move from a culture of death to a culture of life.”
De una cultura de muerte a una cultura de vida
Michael Sis, obispo de San Ángelo, Texas, ofreció estas palabras después de enterarse de los disparos que afectaron a Odessa y Midland, Texas.
Enviado por Brian Bodiford / Conexión San Ángelo; Sala de prensa
San Ángelo, Texas – “Con un corazón lleno de tristeza es que escribo estas palabras después de enterarme de las muertes y heridas causadas por los disparos que afectan a Odessa y Midland. Mis oraciones son por los que han perdido la vida, los heridos graves y por sus familias. Mis oraciones también son para las grandes personas de esas comunidades directamente impactadas por este acto de violencia sin sentido, especialmente para los valientes socorristas y los equipos médicos locales. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, salva a aquellos cuyo espíritu está contrito (Salmo 34:18). Nuestras iglesias locales están comprometidas a ayudar a nuestra comunidad a sanar de esta tragedia sin sentido. No hay respuestas fáciles sobre cómo poner fin a esta epidemia de violencia armada en nuestro estado y nuestro país. Le pido al Señor que ilumine todos nuestros corazones y mentes, especialmente nuestros líderes gubernamentales, para que podamos tener la visión y el coraje de pasar de una cultura de muerte a una cultura de vida".
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