Por Alejandro Maciel
Para La Red Hispana
Hasta el 2016 Rubén Rodríguez fue un trabajador de la industria petrolera en una remota zona rural del norte de California. Desde su posición como ayudante de soldador se dio cuenta de los graves daños al medio ambiente que provoca la extracción de petróleo y la falta de supervisión.
“Había fugas de petróleo y la forma en que se limpiaba no era la manera correcta en que se tenía que limpiar”, dice este trabajador que entendió la gravedad de la contaminación hasta que él mismo sufrió las consecuencias.
“Después de años de haber estado expuesto a toda clase de químicos, perdí casi el 80 por ciento de mi olfato”, dice Rodríguez, quien asegura que los doctores le dijeron que por suerte sobrevivió. “Me dijo que estuve expuesto a altos niveles de un gas que se llama H2S y que eso me puso en peligro”.
Pero no sólo los trabajadores sufren las consecuencias…
Más al sur de ese estado, en la comunidad de Lincoln Heights, en el condado de Los Ángeles, siempre que Sandra López salía de su casa en para trabajar limpiando casas, lo primero que veía eran las estructuras de hierro oxidado de un viejo pozo petrolero que se encuentra a unos cuantos pasos de su domicilio en el que ha vivido por más de dos décadas.
Al igual que muchas personas que viven cerca de pozos petroleros, López de 55 años, enfrenta las consecuencias de la contaminación. Hace seis años, mientras trabajaba, sintió que le faltaba el aire. Un médico le confirmó que padecía de asma como consecuencia de los altos niveles de contaminación a los que se ha visto expuesta en su domicilio.
El efecto no sólo ha sido en su salud, sino también en su economía, porque después de que fue diagnosticada con asma, no ha podido seguir trabajando. “Yo limpiaba casas y a raíz de todo esto que me ha ocasionado el asma yo ya no puedo trabajar, ya no puedo hacer muchas cosas”.
La experiencia de Guadalupe Rivas no es distinta. Ella vive desde hace 30 años a unos cuantos pasos de un pozo de petróleo en el sur centro de Los Ángeles. “Mi última niña nació con asma y sinusitis y hasta la fecha, siempre le atacan esos ataques de asma…
Los tres se han unido a La Mesa, una coalición de organizaciones ambientalistas que llamaron a una conferencia de prensa para lanzar la campaña de información titulada “Que no te engañen”, y cuyo objetivo es desmentir a la industria petrolera que frecuentemente asegura que sus instalaciones son seguras y no causan problemas de salud.
Diversas investigaciones calculan que alrededor de 17 millones de personas en Estados Unidos viven a menos de una milla de un pozo de petróleo o gas activo, incluidos 2.1 millones en California.
La campaña Que no te engañen trata de impedir que las compañías petroleras echen por tierra la ley SB 1137, aprobada en 2022 en California y que fue puesta a referéndum por las compañías petroleras para impedir que entrara en vigor el pasado 1 de enero…
De haberse implementado habría impedido la perforación y colocación de nuevas instalaciones petroleras a una distancia menor de 3,200 pies de viviendas, escuelas, centros comunitarios, hospitales, prisiones y cualquier edificio que albergue un negocio abierto al público…
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